Verde, con nieve y lagos: el Sáhara está cambiando de aspecto, y es preocupante
El derretimiento de la capa de hielo en la Antártida, uno de los efectos más alarmantes del cambio climático, podría estar desencadenando algo inesperado: la reactivación de volcanes subglaciales ocultos bajo kilómetros de hielo. Este fenómeno, que hasta ahora recibió poca atención, podría tener implicancias en los ecosistemas locales y globales.
Investigaciones recientes, basadas en 4,000 simulaciones por computadora dirigidas por el doctor Allie Coonin, de la Universidad de Brown en Rhode Island, Estados Unidos, sostienen una posible conexión entre el deshielo y la actividad volcánica. La Antártida, además de su clima extremo, es también hogar de un extenso sistema de al menos 100 volcanes, en la costa occidental.
Por otro lado, el cambio climático está acelerando el derretimiento del hielo, lo que disminuye la presión sobre las rocas y las cámaras magmáticas situadas a gran profundidad. Como resultado, el magma comprimido se expande, aumentando la presión interna en las cámaras y favoreciendo la posibilidad de erupciones.
El círculo vicioso que genera entre el deshielo y el calor volcánico
El hallazgo sugiere que podría estar ocurriendo un ciclo de retroalimentación climática en el continente blanco. Las erupciones volcánicas subglaciales, aunque invisibles en la superficie, liberan calor que derrite aún más el hielo desde las profundidades. Esto reduce la presión sobre las cámaras magmáticas, perpetuando un ciclo que incrementa el deshielo.
Otro factor crítico es la liberación de gases volátiles atrapados en el magma. Bajo condiciones de alta presión, estos gases permanecen disueltos, pero al disminuir la presión debido al deshielo, se liberan de manera explosiva, aumentando la presión interna y facilitando nuevas erupciones.
Este proceso, aunque lento, tiene el potencial de influir en la estabilidad de la capa de hielo. Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), la extensión del hielo marino antártico alcanzó en 2024 su nivel más bajo registrado, perdiendo más de un millón de kilómetros cuadrados en comparación con el récord del año anterior.
Las consecuencias globales de la disminución del hielo antártico que preocupan
Este fenómeno también podría alterar los patrones oceanográficos y climáticos en todo el planeta. Como señala el informe ‘Un nuevo clima para la paz’, encargado por miembros del G7, el aumento del nivel del mar pone en riesgo comunidades costeras, recursos terrestres y podría generar desplazamientos humanos.
Cabe mencionar que la actividad volcánica en la Antártida no es nueva. De este modo se pudo saber que, durante la última era glacial, cuando la capa de hielo era más gruesa, procesos similares de descarga de magma y gases podrían haber contribuido a erupciones volcánicas.
Además, los modelos actuales de cambio climático no consideran completamente el impacto del calor volcánico en el deshielo. Esto podría llevar a subestimar la magnitud del problema y sus consecuencias a largo plazo, como advirtió Coonin en su investigación publicada en la revista Geochemistry, Geophysics, Geosystems de la American Geophysical Union (AGU).
La urgencia de comprender el sistema climático global
A pesar de la lenta progresión de estos procesos, sus efectos podrían extenderse durante siglos, incluso si se logra reducir el calentamiento global causado por actividades humanas. La retroalimentación entre deshielo y actividad volcánica subraya la necesidad de un enfoque interdisciplinario para abordar la crisis climática.
Los volcanes subglaciales, que durante mucho tiempo pasaron desapercibidos bajo la vasta capa de hielo antártica, ahora están cobrando protagonismo en el debate científico. Este descubrimiento abre una nueva línea de investigación sobre cómo el cambio climático y la actividad geológica interactúan para influir en el futuro del planeta.
En un contexto donde el impacto humano sobre el clima sigue siendo un tema crucial, estas investigaciones refuerzan la importancia de tomar medidas concretas para mitigar el calentamiento global. Comprender las complejas conexiones entre geología, clima y ecosistemas será clave para enfrentar los desafíos del futuro.
















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